miércoles, 17 de diciembre de 2008

Kurkudi (126 mts) 14/12/08



A falta de grandes viajes, buenas son las pequeñas excursiones. Andaba yo con ganas de ir con Jontxu al monte, y por una cosa o por otra no había podido juntarme a una de las salidas del Betiko mendi taldea, que es un grupo de la ikastola que se juntan y hacen salidas muy fáciles, para ir con niños, una vez al mes.

Total que nos fuimos Jon y yo el domingo hasta la ermita de San Bartolome, que era el punto de salida, y allí no aparecía nadie. Habíamos llegado un poco más tarde de las 10h. Llamé a Lucía y me dijo que en la nota que informaba de la salida ponía 10:30 así que esperé un poco pero nada. Al final decidimos ir los dos solos, y empezamos a andar.
Hay que decir que el Kurkudi es el monte más alto de Leioa (¡126 metros!) y que no tiene nada del otro mundo, pero para empezar está bien. Jon disfrutaba viendo cosas aparentemente triviales como las mandarinas o las manzanas en el árbol (y no en la tienda), o las lechugas en las huertas. Jon quiso cojer unas mandarinas, pero en la ventana había una señora con cara de sacar la escopeta o soltar a los perros así que deseché la idea.

El caso es que según íbamos subiendo se apuntó a la expedición un gato. Yo creo que olió los bocatas. Jon le puso nombre (Katutxi) y nos siguió hasta que se dio cuenta de que no le iba a caer nada. Por fin llegamos a la cima. En lo alto del monte hay un convento de clausura de las monjas... no sé de qué tipo de monjas son, ¿clarisas?. Puede ser, no estoy muy puesto. Lo que sé es que hay tradición de llevarles huevos para pedirles buen tiempo en las bodas. Con eso supongo que haran repostería o algo. También tienen fama por los trabajos de cerámica.
Después empezamos el descenso, como había llovido nos pusimos de barro hasta arriba, y tras pasar por el campo de tiro, llegamos hasta los campos de fútbol de Sarriena. Por allí paramos a comer el bocata, y una vez llena la panza, seguimos camino hasta llegar de nuevo a la ermita. Suerte que llevamos el paraguas, porque se puso a jarrear.

En resumen, tardamos unas 3 horas en total, incluida la parada para comer. Yo creo que andando fueron unas 2 horas. Jon se portó como un txapeldun, me dejó alucinado, cómo aguanta el tío.
Y como nos lo pasamos genial, ya estoy esperando la próxima salida.

Por cierto, Jon quiere dormir en el monte, pero eso... lo dejaremos para el verano.

7 comentarios:

LUCIA dijo...

de clarisas, nada, guapo. Es el convento de la encarnación y son Dominicas. Estas como la mayoria de las monjas pasan de huevos (las clarisas, listas ellas,hace tiempo que si les llevas huevos te dicen que mejor en metalico. Dios debe estar en crisis también)y lo que tienen montado es un super negocio de venta de tibores y productos varios de ceramica que te puedo asegurar que no los venden por "la voluntad" de cada uno...(debemos tener poca)

david dijo...

cómo han cambiado las monjas!

Anónimo dijo...

Aupa,Jon txapeldun!

Israel Olivera dijo...

Qué buena historia... Cuando vengáis a Ojén preperaremos una excursión para Jon con el asesoramiento del Club Senderista de Ojén...

david dijo...

suena bien

LUCIA dijo...

ya os lo dije, pero me repito: "que bien vendeis Ojen!. Ya sabeis que nosotros en seguida cogemos la mochila...que ganas me dan de ir a haceros una visitilla.

Anónimo dijo...

Ja! yo no me creo la cara de cansancio de Jon de la primera foto. Que ya le conozco...

Visitilla cuando quieras.

bezos